A primera vista, la gastronomía pocajuta está influida por cocinas de tan diversos sitios, que pareciera no tener una identidad propia.
Pero es justamente eso lo que permite reconocer a un platillo típico de Pocajú: variedad en los sabores, ingredientes y combinaciones. Pero sobre todo, algo sumamente apreciado dentro de la cocina Pocajuta, es la dificultad que implica la preparación de un platillo.
Un viejo refrán pocajuta dice que “a mayor dificultad en la cocina, mayor placer en el paladar”.
El caso de las lenguas de codorniz rellenas, por ejemplo, explica el refrán por sí solo. Se dice que en la escuela de cheffs de Pocajú, se tienen los más particulares instrumentos, con el fin de rellenar estas menudas vísceras: jeringas diminutas para la salsa, saleros con un único orificio, navajas finísimas y, claro, endibias, setas y zanahorias convertidas a su más mínima expresión. Por esta razón, son el plato típico de la región y se considera de exquisito gusto ofrecerlas en bodas y funerales.
De hecho, durante el banquete de bodas del marajá de Pocajú, se dice que se prepararon y consumieron alrededor de 30000 lenguas de codorniz rellenas de diferentes viandas.
Algunos otros ejemplos de la gastronomía pocajuta es el pato ahogado en champagne, la leche de conejo y las empanadas de colibrí.
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